Características Técnicas

Ejemplares producidos: 1858 - entre 1957 y 1963
Nro. de cilindros: 6 en línea
Cilindrada: 2.996 cm3
Diámetro x carrera: 85 x 88 mm
Relación de compresión: 8,5 : 1
Distribución: árbol de levas a la cabeza
Alimentación: inyección mecánica Bosch
Sistema eléctrico: 12 V
Lubricación: carter seco - circulación forzada
Caja de cambios: 4 marchas y retroceso
Embrague: monodisco seco
Chasis: estructura de caños de acero
Frenos: hidráulico servo asistido
Distancia entre ejes: 2400 mm
Largo/ancho/altura: 4570 mm/1790 mm/1300 mm
Trocha: delantera 1398 mm/trasera 1448 mm
Neumáticos: 6.50 x 15 de competición.
Peso: 1330 Kg (techo duro desmontable 40 kg)
Potencia: 215 CV a 5800 RPM
Velocidad máxima: 220/250 km/h

El Mercedes Benz 300 SL fue concebido originalmente como auto de carrera. Su excelente mecánica, su chasis de caño alivianado, su baja altura y la comodidad dentro del habitáculo, marcan algunas características salientes de su diseño.

Mercedes Benz lo presentó como modelo de producción en serie a un público ávido, luego de haber logrado grandes éxitos deportivos en 1952 en la Panamericana de México, Le Mans y Nürburgring.

Este Mercedes Benz 300SL fue recibido por Juan Manuel Fangio, como un presente de la Daimler-Benz A.G. en agradecimiento por su aporte a la marca y pronto se convirtió en su preferido. Esto tuvo lugar en un Salón de Exposición en Londres.

—“En esos dos años de carreras, la fábrica recogió más experiencia acerca del comportamiento de un automóvil que en diez años de trabajos en fábrica. Los éxitos fueron tan importantes como la experiencia técnica que recopilaron y todo eso hizo que se retiraran mucho antes de lo pensado al comenzar con el programa de Fórmula 1... Cuando terminamos el campeonato hubo una reunión en Bonn, donde estaba el presidente de la República y me tradujeron su discurso. Dijo que los Mercedes Benz habían ayudado a la industria alemana a demostrar que estaba nuevamente a la cabeza. Las carreras de autos no son solamente espectáculo, sino un completo banco de pruebas”.

Pero, además de espectáculo y banco de pruebas, las carreras de autos significan para Juan Manuel Fangio, los más intensos recuerdos de su vida. A veces ingratos, muchas otras placenteros, hermosos, brillantes y a veces hasta de color azul metalizado, como el Mercedes Benz 300 SL “roadster” que impone su presencia en el salón de su agencia, esperando el momento de lucirse en el Museo de Balcarce. Así llegó a sus manos este auto:

—“Todo comenzó con una cierta molestia. En uno de los viajes que hice a Europa, en 1958, fui invitado a visitar Montecarlo. La gente de Lancia, para la que yo había corrido en 1954 y ganado la Panamericana (1953), dispuso que un auto de la empresa con chofer, me fuese a buscar al aeropuerto de Niza y se pusiera a mi disposición. Anduve por Montecarlo, y cuando terminé con mis obligaciones allí, partí para Alemania con el Lancia. Cuando llegué se sorprendieron de que anduviese con ese coche y no con un Mercedes Benz. Les expliqué que cuando llegué a Niza me encontré con que habían puesto ese coche a mi disposición:

—Sí, pero nosotros también podríamos haberlo hecho— dijeron.

—Sí, pero no lo hicieron,— les dije.

Entonces, ese mismo año, estando yo en Europa, me invitaron a asistir al salón del Automóvil de Londres, a la presentación del ‘roadster’ 300 SL en su versión ‘hard-top’. Hasta entonces se había vendido (desde el lanzamiento de ese modelo, a fines de 1956) como descapotable. Mientras estaba allí, llegó un telegrama de Alemania informándome que ese coche que estaba en exhibición, era para mí. Fue el regalo de mis 47 años.

Lo usé en Europa hasta el '60, en que lo traje al país, durante el gobierno del doctor Frondizi. Se entró como trofeo. Ahora el “roadster” Mercedes Benz azul metalizado luce sobre el negro del piso de caucho de otro salón de exposición. Una prenda tangible de la amistad, la admiración y el afecto que se prodigan mutuamente dos estrellas que brillan juntas desde 1951.

"...Recuerdo que habíamos ido al aeroclub a cargar 80 litros de nafta de aviación porque todavía no se vendía nafta especial en los surtidores de las estaciones de servicio... el primero que vendió nafta especial en surtidor, en el país, fui yo, en la estación de servicio de Bernardo de Irigoyen. Recuerdo que fui a YPF a ver al mismo inspector que me había dicho que abriese mi primera estación de servicio, en Balcarce. Yo veía que en Europa se imponía los autos con mayor compresión y que iba a cambiar el mercado del auto norteamericano por el del europeo. La prueba fue un éxito, y a partir de allí YPF comenzó a colocar surtidores de venta de nafta especial en todas las estaciones..."

Por donación, desde 1986 pertenece al Museo del Automovilismo “Juan Manuel Fangio”.